Autorretrato 1984. Acrílico sobre tabla. 144x102cm. 1984

El caos en contra de la unidad de la obra, la incoherencia frente al aburrimiento

Sobre mi

En mi trabajo como pintor y dibujante el eclecticismo ha marcado mi obra. He considerado el estilo como una particularidad que tiende a uniformar, como esa parte de la personalidad que es rectilínea, autoconsecuente y peligrosamente igual a sí misma.

Creo en el caos en contra de la unidad de la obra, si no es evitable prefiero la incoherencia al aburrimiento y a pesar de que conozco los límites de mis registros, elijo la diversidad ante la monotonía de una pretendida madurez expresiva que es en realidad putrefacción.

Creo también en el misterio profundo de toda creación artística sin el cual la evidencia en libertad es capaz de las mayores vulgaridades.

Sé que hay un abismo ahí debajo, dentro, al fondo de no sé qué corredor. Es una sima de formas, colores y personajes dotados de existencia propia, una sima que pugna por salir, que está dispuesta a aceptar que yo la pinte si es que soy capaz de hacerla aparecer sobre la superficie del cuadro.

Intervención de Enrius en su retrato realizado por A. Nodar.

Trabajo dando un gran margen al azar y las escenas que construyo en base a unos personajes o unos lugares, se transforman, durante el proceso de realización del cuadro, en busca de un modo de expresión independiente cuyo origen no siempre comprendo cabalmente.

Publicaciones

La Mandrágora

(Texto publicado con motivo del 25 aniversario del mítico local)

¡25 AÑOS DE LA MANDRÁGORA!

El que fuera mítico café cantante de Madrid, la cueva de la que surgió uno de los más importantes núcleos de cantautores de España, tiene libro. Un libro que se presenta cuando se cumplen los 25 años del nacimiento del bar: 1978-2003.

La Mandrágora fue el recinto creado por un visionario, un artista, un ser inquieto, un alma ociosa, un pintor con ansias generosas, un noctivago que montó un bar para no pagar las copas…, un tipo llamado Enrique Cavestany, que a su pesar ha pasado a la historia. Allí nacieron al asombro de Madrid y algunos viajantes de provincias, cantantes como Chicho Ferlosio, Joaquín Sabina, Javier Krahe y Alberto Pérez, y un buen número de músicos. Magos como Pepe Regueira o Tamariz, conferenciantes y recitadores como Forges, Jesús Hermida, Rosa Montero, Peridis e incluso Camilo José Cela, que recitó el romance de “Gumersinda Cosculluela”, que prefirió la muerte a la deshonra. Antonio Banderas fue por allí, lo mismo que Almodóvar, que nunca pagaba los cubatas y Joaquín Carbonell, que se sepa, el único aragonés que pisó ese escenario…

Enrique Cavestany ha preparado de su puño y letra (es decir a caligrafía) “Una cueva diluvial en la Cava Baja. Breve historia de un sotanillo del período de transición madrileño” (Fundación Enrius), que relata a modo de excavación arqueológica, el discurrir con sus avatares de esta cava musical famosa en el mundo cristiano.

¡LA MANDRÁGORA EN ZARAGOZA! en La Campana de los Perdidos.

Viernes, 21 de Noviembre,

22,30 horas Presentación del autor Enrique Cavestany por Joaquín Carbonell, con el que tendrá un breve (o no) coloquio. Presentación y venta de ejemplares.

23.00 horas. Interpretación de temas del disco “Mandrágora” a cargo de: Pepe Vázquez, Boby Chueca, El Magras, Joaquín Carbonell, Ernesto Cossío… Y alguna otra sorpresa…..